Me adelanto a la fecha de la celebración del día del maestro el 15 de enero, pero es innegable que en un país que valora al educador aclamaría todos los días a los profesionales de la docencia, porque en esencia es allí donde reposa el quehacer para reproducir, modificar e incrementar los saberes que han de desarrollar la sociedad en su conjunto, y es la socialización la vía para cristalizar la sana convivencia ciudadana con base al respeto y reconocimiento del otro. La complejidad del pensamiento no debe ser restringida por unos cuantos aderezados en su jauría ideológica, para ello es fundamental la pluralidad, el debate constructivo y propositivo en pro del éxito.
Quienes apuestan al oscurantismo de las personas, lo hacen
con fervor a favor de la debacle, y en la educación son la representación de la
miseria y la ignorancia. El desarrollo de la inteligencia y el cuestionamiento
constructivo les desagrada, por ello apuntan al control social en todas sus
dimensiones, e incluso, la de mayor peso, la intervención del pensamiento. La
vía que accionan para tal aberración es la desesperanza, y registran con
disimulo el empobrecimiento de los educadores e instituciones educativas en
todos sus niveles y modalidades, al igual que al país entero, para
arrodillarlos ante el tirano. Los beneficios de Ley y los devenidos de las
Contrataciones Colectivas a través de largos años de lucha reivindicativa, los
fragmentan con el propósito de espantar al educador reflexivo y comprometido
con sus semejantes, degradando su familia y con ello a la sociedad. Desde
largas jornadas ideológicas hasta pruebas netamente partidistas les impusieron
a los docentes, tanto para ingresar como para ascender. Apuestan a suplantar al
profesional de la docencia por arrogantes simpatizantes de su mezquina
ideología política.
La educación entró en la inopia desde que llegó al poder la
revolución siglo XXI. La descentralización administrativa de la educación
resiste la embestida del régimen colectivista. El gobierno central ha intentado
cercenar la educación regional y municipal. La Asamblea Nacional electa en 2005
aprobó Ley de educación que atenta contra los méritos de los profesionales de
la educación. El Instituto de Previsión de Asistencia Social del Ministerio de
Educación en beneficio del docente y su familia (IPASME), lo desdibujaron y
convirtieron en un mercado persa. Se desvió la práctica educativa hacia la
nada. Todo es yerba mala que crece en terreno inhóspito.
El día del maestro pasó a ser un recuerdo que marca
diferencia entre las garantías del respeto y estabilidad en la
profesionalización de la docencia, y el permanente abuso y atropello que reina
en las huestes de los actuales gobernantes nacionales durante más de 21 años
contra la educación plural y los educadores. Una conclusión sencilla de ese
proceso degradante, es que el régimen colectivista es aún más dañino que el
virus chino (Covid19) implantado para sembrar la muerte de los seres humanos en
el mundo.
Arturo Molina
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com
jarturomolina@gmail.com
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