La canción del pájaro chogüi, es una polca paraguaya compuesta por el músico argentino, Guillermo Bleer hacia el año 1945; popularizada en Venezuela por Néstor Zavarce, allá por los años 60, convirtiéndolo en un ídolo debido al éxito rotundo que obtuvo al cantarla con su estilo único.
La letra de la canción cuenta la historia de un indiecito
trepado en un árbol, del cual cae de repente de manera abrupta, debido al
sobresalto que le produce el grito repentino de su madre, muriendo producto de
la caída; su madre lo recoge y arrulla entre sus brazos maternales y se produce
un milagro; el indiecito revive, sólo que ahora convertido en un pájaro chogüi
como resultado de un “extraño sortilegio”.
Comparando, jocosa e hipotéticamente el mensaje que encierra
la letra de esta canción con el acontecer político actual, podemos establecer
un parangón que nos permita aproximarnos a una razón que sirva para justificar
el salto de talanquera de cierta clase política, que el común señala ahora con
el mote de “alacranes” cuyo salto supera por mucha diferencia al logrado por la
campeona olímpica; Yulimar Rojas.
Resulta que estos personajes durante largo tiempo ,
permanecieron mimetizados, disimulados, con ropajes de inocentes indiecitos,
encaramados en el frondoso árbol de la democracia disfrutando de sus
frutos y sombra protectora,
acostumbrándose a las ventajas y privilegios que da el estar en las alturas del
poder y bajo su cobijo; de repente sufrieron una estrepitosa y aparatosa caída
por la sacudida de mata que supuso la llegada al poder del chavismo - madurismo
, lo cual los ha privado durante 22 años de todo el disfrute de las mieles del
poder amañador que tenían y controlaban.
En medio de su tragedia política, surgen unos brazos
maternales que los reciben amorosos, los arrullan, les dieran al oído palabras
mágicas; poder, dinero, coimas, chanchullos, guisos, prebendas; una nueva luz
salvadora ilumina su camino y por un “extraño sortilegio” se convierten en exuberantes
pajarracos de plumaje rojo que les permitirá en adelante formar parte del nido
único y exclusivo de la camada depredadora.
Esta nueva clase de conversos políticos ahora son prosélitos
del círculo hermético selecto que mediante el ejercicio de su poder hegemónico
se lucran groseramente a costa de la ruina y miseria del pueblo cada vez más
depauperado y hambriento de justicia y libertad.
Se suman al grupo de mandones y gamelotes que con su cruel
yugo someten y pisotean a todos aquellos que se oponen a su modelo totalitario
y hambreador.
Ahora se arropan con la misma cobija, los dotan de tarjetas
y símbolos políticos robados a sus legítimas autoridades para que mediante
mensajes confusionistas se promociones como auténticos opositores, dividan el
voto unitario y facilitar así; la continuación de la hegemonía roja en el el
poder. Son verdaderos caballos de Troya, vestidos nuevamente con su ropaje
democrático falso, pero internamente llevan su carga de maldad para hacer lo
que siempre han hecho vender su alma al mismo diablo para conseguir sus
miserables propósitos personales.
El pueblo los conoce perfectamente; esta vez no pasarán, pues como dice la letra de una conocida canción que les calza muy bien:” por más que se tongoneen, siempre se les ve el bojote”.

Excelente artículo Dr. Jorge
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