El Tcnel. GNB, Ingeniero Forestal, Arnoldo Uribe, se refirió a las declaraciones públicas del alto jefe militar M/G Quidio de Jesús Delgado, “sobre un tema tan delicado como es la protección y conservación de los recursos naturales no renovables y la ordenación ambiental”.
“Sobre el tema, que han generado amplia polémica y que
tituló ´leña segura´, quiero humildemente dar mi aporte personal, como viejo
militar de mi GN Efofac 1968, fogueado en el servicio de Guardería Ambiental,
como Ingeniero Forestal especial manejo de cuencas (ULA) 1983, con experiencia
administrativa al frente de la dirección estadal región suroeste del antiguo
Minambiente (1999-2005), presidente de la empresa Desurca (Desarrollo Uribante-
Caparo 2005-2008) y como consultor ambiental en el libre ejercicio”,
Destaca que, para darle un toque de equilibrio al tema, en
el marco de los principios rectores y la amplia legislación venezolana, “que
regulan y declaran de utilidad pública, la conservación, defensa y mejoramiento
del ambiente, en beneficio de la calidad de vida, partiendo de nuestra
Constitución 1999, en su capítulo IX de los Derechos Ambientales (art. 127,128
y 129), Ley Orgánica del Ambiente, y la Ley Orgánica para la Ordenación del
Territorio, la Ley Forestal de Suelos y Aguas, la Ley de Aguas, la Ley Penal
del Ambiente y demás”.
Uribe, se refiere además a los múltiples tratados ecológicos
y ambientales que son la guía y el camino, “para el verdadero desarrollo
sostenible y no contribuir a que se contamine, como simple aderezo de la
diatriba politiquera, en la antesala de las elecciones parlamentarias del
próximo 6 de diciembre”.
“Lo declarado por el alto oficial, merece los comentarios muy serios, dentro de ese amplio marco institucional y legal, para corregir el rumbo que sea necesario, en primer término, en nuestra cuenca alta del rio Uribante, donde se construyó el primer desarrollo del complejo hidroeléctrico Uribante Caparo (presa la Honda y la Central San Agatón), viene ocurriendo una altísima intervención humana con la tala indiscriminada e ilegal de la masa forestal de la zona protectora con el fin de convertirla en leña y otros productos maderables, que es sacada de inmediato clandestinamente”.
Explica que el río no es culpable de nada, “por mucho
invierno que ocurra no arrastra ningún árbol, pero si ante la ausencia de esa
masa forestal, repito protectora de la cuenca, activa los fenómenos
torrenciales que sin esa vegetación como barrera son muy agresivos aguas abajo,
porque arrastran por las fuertes pendientes altísimos volúmenes de sedimentos,
que en primer término se depositan en el embalse, disminuyendo la capacidad de
almacenamiento de la fuente de la energía hidroeléctrica (el agua) y por
consiguiente la disminución de la capacidad de generación de la central, como
en efecto ha venido ocurriendo en el tiempo”.
“En segundo lugar, las crecidas torrenciales que destruyen a
su paso la vialidad, los sembradíos, las poblaciones y demás, lo que a simple
vista no es la solución de nada, todo lo contrario, es como darle el
salvoconducto a esa actividad ilegal y penada por la Ley Penal del Ambiente por
sus trágicas consecuencias”.
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