Agradezco al periodista AUGUSTO MEDINA me permita ejercer el derecho a réplica ante declaraciones tergiversadas del Abogado (EN EJERCICIO) Freddy Contreras. No tengo ningún reparo en corregir lo que hay corregir, y así lo he hecho cuando ha sido necesario. Pero en esta oportunidad debo puntualizar algunas cosas.
1. Me acusa de “islamofobia”. ¡Cómo se ve que no ha leído ni
entendido lo que yo escribí! En declaraciones a periodistas reafirmé que no
podía, por razón de mis convicciones, ir en contra del Islam como religión. Y
en ningún momento ataqué a la religión del Islam, que encierra grandes valores
espirituales y humanísticos. Le hago responsable a él de las consecuencias que
pueda sufrir por esa falsa acusación de “islamofobia” sin sustento serio. Una persona inteligente saber escuchar, leer
e interpretar en términos de veracidad lo que otra persona señala.
2. Al hablar de la presencia de iraníes y de los intereses
de su gobierno, hice referencia a un problema de carácter geopolítico, al cual
él ni hace mención ni parece entender o darse por entendido. Además los hechos
hablan por sí solos.
Ojalá, demuestre que yo estoy instigando el odio hacia el
islamismo… porque no existe esa actitud de mi parte. Sin embargo, su
descalificación hacia mi persona sí está provocando odio y consecuencias, de
las que lo hago responsable.
3. No desconozco la Constitución de la República Bolivariana
Venezolana. Y aunque no soy un experto en derecho, le puedo garantizar que
nunca he ido contra ella, ni tampoco me he valido de ella para realizar actos
contrarios a lo que es su centro y motor, es decir la dignidad y centralidad de
la persona humana. Sí, con todo el derecho que poseo como ciudadano venezolano,
he tenido que denunciar de variadas maneras todo aquello que sea un desacato a
la Constitución, burlarse de ella o romper con ella misma. No sé si él lo ha
hecho, espero que sí: pero en este país, actualmente, no pocos han olvidado la
Constitución y han actuado o al margen o prescindiendo de ella. Personalmente
he elevado de muchos modos protestas y denuncias cuando se ha atacado la
Constitución venezolana.
4. No sé por qué dice que mi respuesta es politizada y al
margen de la Constitución. Dígame los artículos que he roto. No he tenido, como
él lo insiste un discurso ni “islamofóbico” ni contrario a la libertad
religiosa que profeso y defiendo aquí y en cualquier parte del mundo. Así como
los miembros del Islam tienen derechos a ser respetados en nuestro país, así
los derechos del cristianismo y de otras religiones deben ser respetados en los
países o naciones con mayoría de seguidores del Islam.
5. Se suele decir que la “ignorancia es atrevida y arrogante
y la puerta de la estulticia”. ¿Acaso no es ignorancia decir “no olvidemos que
la Iglesia católica es un Estado de la comunidad Internacional”? Una persona
que ha estudiado derecho y es profesor del mismo en una Universidad no puede
ignorar que la Iglesia es el conjunto de miembros cristianos asociados en ella,
con las características de comunión, servicio y misión. La Iglesia tiene cuatro
notas distintivas: UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA. Por más de veinte siglos
así se ha presentado y así ha sido considerada.
6. Una cosa es el Estado de la Ciudad del Vaticano, que
tiene reconocimiento de carácter internacional y que es también guiado por el
Papa, como Pastor Supremo de la Iglesia. Tiene sus leyes propias y puede
establecer acuerdos, convenios y concordatos que regulen las relaciones entre
la Iglesia en el ejercicio de su misión evangelizadora y los diversos Estados.
Es completamente cierto que en 1964, se firmó, de común acuerdo entre Venezuela
y la Iglesia, siguiendo lo antes dicho, “la Ley Convenio que rigen las
relaciones entre el Estado Venezolano y la Iglesia en Venezuela”.
7. Afirma que mi opinión es “politizada”. ¡Qué cosa! Ninguna
ley venezolana, como sí sucede en otros países, priva a los ministros de la
Iglesia (y de otros cultos) de su ciudadanía y sus derechos ciudadanos,
sociales, políticos, humanos, etc. Ahora bien, una cosa es “lo político” y otra
“lo partidista”. Como ciudadano tengo el derecho a expresar mis opiniones
libremente. Yo no lo he hecho con ninguna mentalidad “servilista” hacia una
parcialidad político partidista. Lo he hecho, y lo seguiré haciendo, desde mi
pertenencia al pueblo de Venezuela, al cual dedico lo mejor de mi persona;
ciertamente desde mi ministerio episcopal, del cual tampoco me avergüenzo. Yo
no estoy al servicio de ninguna parcialidad política. No sabía que defender la
soberanía del pueblo, defender los derechos de los más desposeídos y estar
caminando junto a la gente era algo que aparentemente colide con el
cumplimiento de la Constitución… sería bueno que demuestre dónde está
explicitado que realizar esto es hacer política, sobre todo de carácter
partidista.
8. Por último, creo que sería bueno que pudiera repasar
tanto la historia del derecho como el contenido de la Ley de Patronato. Es
manifestación de crasa ignorancia afirmar que “hay que señalarlo de añorar el
Patronato con el cual la Iglesia católica, se inmiscuía en asuntos que son de competencia exclusiva del Estado”.
a) En primer
lugar no añoro esa Ley ni esa institución, para nada del mundo.
b) Ella fue puesta
al margen luego de la firma de la “Ley Acuerdo del 1964”.
c) En tercer
lugar, esa Ley e institución no era para que la Iglesia se metiera o
inmiscuyera en los asuntos propios del Estado. Al contrario, era la Ley, muy
presente en la Colonia, con la cual era la autoridad civil la que se inmiscuía
en los asuntos internos de la Iglesia y, a la vez, le quitaba la autonomía
propia de la Iglesia en algunos campos como la designación de los Obispos y
otros asuntos.
No voy a entrar en una discusión “ad infinitum” pero he
considerado que estoy en el deber moral de ejercer el derecho a réplica, lo
cual agradezco al amigo AUGUSTO MEDINA. Espero que las ideas expresadas hayan
quedados claras y puedan ser consideradas por quien emitió su opinión, con
pleno derecho, pero con falta de veracidad. Podemos dialogar sobre este y otros
temas, pero con una premisa que considero importante, por las consecuencias que
lamentablemente pueda tener el haberme calificado de “islamofobo”: para
dialogar, debe retirar esa falsa acusación, porque ni lo soy ni lo he sido. Sí
he advertido sobre cosas que tienen que ver con el ajedrez geopolítico al que
hemos venido siendo sometidos los venezolanos desde muchísimos años.
MARIO MORONTA R., OBISPO DE SAN CRISTOBAL.
20 de noviembre 2020.
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