Observamos cómo nuevamente, el sector oficialista en el poder, representante del desacato al Estado de Derecho, desarrolla de manera programada y controlada, la reactivación y revisión de los conocidos Consejos Comunales. Ello tiene su razón de ser, no porque vayan a replantear sus actividades sociales reivindicativas frente a los organismos del sector público. No, esta nueva dinamización de dichas organizaciones políticas, tiene como finalidad la activación igualmente de los consejos electorales comunales, qué son de acuerdo a su ley de creación los responsables de la organización y funcionamiento de los procesos electorales en sus comunidades.
Para la creación de las ciudades comunales, la ley encargará
a las comisiones promotoras, qué son otra unidad de los consejos comunales, la
tarea de formular el diseño de los ámbitos geográficos de cada una de estas
ciudades y de coordinar con cada consejo electoral comunal, la densidad
poblacional de cada comuna agregada a la ciudad comunal y el método de consulta
de aprobación de las mismas. Este último detalle, permite deducir que todos los
ciudadanos o vecinos de cada parroquia, barrio, aldea o caserío a convertirse
en comunas o ciudades comunales en los planes del oficialismo, podrán
intervenir con su participación y opinión para negar la creación de las mismas
de manera mayoritaria en un referéndum aprobatorio.
Ahora bien, en la propuesta de las ciudades comunales, se
tiene que cada estructura territorial y política de las mismas, se conformarán
al menos con 3 comunas, lo que no implica que puedan agregarse más y de
diferentes clases, a saber: comunas urbanas, comunas rurales y comunas mixtas,
con una población que puede oscilar entre las 6.000 y 15.000 familias, de
acuerdo al proyecto de ley en curso, qué de paso intentará restar poder y
espacio territorial a los municipios del país, salvo que esta instancia de
gobierno o las comunidades democráticas se organicen, articulen y movilicen en
su defensa.
De acuerdo al proyecto de ley conocido sobre ciudades
comunales, será de carácter obligatorio la realización de un referendo
aprobatorio el cual tendría lugar en las comunas agregadas; dicho acto será
planificado, organizado y desarrollado por cada consejo electoral comunal en el
ámbito territorial propuesto. Por supuesto, que, para esa jornada electoral
comunitaria, las fuerzas democráticas que estén y permanezcan en la arena electoral,
deberán realizar un trabajo previo en las comunidades que podrían ser
segregadas, para motivar la organización social que trabaje por la opción del
NO frente a la otra alternativa.
De otra parte, no dudamos que la realización de estos
Referéndum Aprobatorios, para la
creación de ciudades comunales, serán eventos cargados de tensión y de
conflicto, pues en ellos la intervención seguramente parcializada del órgano
facilitador, llamado ministerio del poder popular para las comunas, ante la
falta de respaldo ciudadano, será otro factor a tomar en cuenta; más sin
embargo, lo importante es contar mayoritariamente con la gente de la comunidad
el día de la votación, no sólo para derrotar está añeja pulsión socialista;
sino también para reafirmarnos en el deseo de preservar en nuestras
comunidades, una sociedad democrática libre de cualquier hegemonía en
particular.
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