Es lo que hicieron los representantes políticos del G-4 al entrar en contacto con la realidad del país, o sea, pusieron los pies sobre la tierra al anunciar participar en los comicios electorales regionales del venidero 21 de noviembre. Estos dirigentes nacionales con influencia en otros de nivel regional, habían promovido en los últimos años el fenómeno antipolítico de la abstención, qué dio como resultado fatal el incremento del poder, por parte del régimen imperante y que luego de diciembre de 2020 domina más instituciones e impone con ello su radical ideología socialista, sin que de ese lado opositor se le hayan podido plantar verdaderos muros de contención política.
Ese aterrizaje político, no se efectuó sobre las ideas qué
se estaban ofreciendo al país, desde el año 2019 y qué vale la pena recordar:
cese de la usurpación, elecciones libres y gobierno de transición. No, el del
aterrizaje fue sobre el plan de Maduro de entablar conversaciones en México,
participar en las elecciones de noviembre de 2021 y reconocer al CNE como
autoridad electoral de este proceso; resultados qué contradicen abiertamente
posiciones sostenidas hasta hace poco, con lo cual se puede presumir qué
abandonaron la anti política de la abstención y retornaron a la lucha seria y
constante, aunque afectaron eso sí, su credibilidad.
Abundando sobre el aterrizaje hecho, cabe decir, qué el
abandono de la abstención, seguramente fue por la sucesión de fracasos sufridos
en los últimos años, aunque no admitidos públicamente y el debilitamiento qué
en el orden internacional vienen experimentando a causa justamente de esa
inacción. La mejor demostración de lo dicho anteriormente es que el régimen los
obligó a cambio de algunas concesiones a conversar en Ciudad de México,
haciendo tambalear de paso al "interinato" al cual han estado
adheridos en los últimos años, sin resultados positivos, tanto es así qué los
Estados Unidos muestran una marcada indiferencia por estas conversaciones.
El G-4 aterrizó en la arena electoral para someterse a las
directrices del actual Consejo Nacional Electoral, y sin rendir cuenta pública
de sus gestiones, respecto de lograr condiciones mínimas para participar; todo
lo cual hace suponer qué, las mismas les fueron concedidas y que por eso
retornan al debate, aún, cuando tampoco lo digan expresamente, pues en este
grupo el derecho a informar con claridad, no es una de sus fortalezas, aún,
cuando pretenden justificar con argumentos baladíes utópicas posiciones
políticas, qué concluyeron en su aterrizaje a la realidad política.
Ojalá entonces, en este nuevo aterrizaje político los del
grupo opositor G-4 no vuelvan a perder contacto con la gente y con la realidad,
pues tal desconexión seguiría causando serios daños al avance de toda la
oposición, incluidos ellos mismos. Deben si, de aquí al 21 de noviembre,
entender y comprender qué se deben someter a unas primarias imparciales y bien
organizadas por la sociedad civil, qué es lo que se reclama en la calle.
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