Frente a las costas de Senegal, en el continente occidental africano, se ubica el territorio insular de Cabo Verde, bañado por las aguas del Océano Atlántico. Hasta ese lejano lugar, llegó un buen día de tránsito, en el mes de junio del año 2020, el empresario colombo-venezolano Alex Saab con la finalidad de abastecer la avioneta con la cual proseguiría vuelo hacia la capital de la República islámica de Irán, en plan de negocios, ignorando de paso la alerta roja de captura que Interpol había dictado en su contra.
Desde el año 2019, la fiscalía del distrito del Sur del
estado de Florida en Estados Unidos, lo había acusado junto a uno de sus socios
de " conspiración para cometer lavado de dinero y por lavado de dinero de
más de 350 millones de dólares", relacionados con un plan para pagar
sobornos aprovechando el tipo de cambio regulado y controlado por el Gobierno
nacional. De la misma manera, se le sindicaba de beneficiarse de los contratos
que negociaban los comités locales de abastecimiento y producción CLAP,
comprando productos alimenticios para las clases populares venezolanas y luego
enviarlos a nuestro país a precios más rentables.
Este singular personaje, de la misma manera despertó el
interés de la justicia colombiana, la que le impuso un embargo sobre su bienes,
valorado en más de 9 millones de dólares, pero que estaban a nombre de una interpuesta persona. En su
defensa el empresario Saab esgrimió al momento de ser detenido, que llevaba
adelante una misión humanitaria a fin de superar el bloqueo económico qué el
Gobierno de los Estados Unidos había impuesto al régimen de Maduro desde el año
2018.
En su visita a Irán, pretendía Saab establecer nuevas
relaciones comerciales y financieras con los sectores públicos y privados de
aquel país. Para ello el gobierno de Maduro le había dado carta blanca y luego
de su detención le otorgó inmunidad diplomática, la cual no resultó eficaz
frente a las autoridades judiciales de Cabo Verde. Fue así que negados sus distintos recursos
judiciales, se ordenó su extradición hacia Estados Unidos, la cual se consumó
el pasado 17 de octubre.
De Cabo Verde a Miami fue el largo viaje que tuvo que
cumplir Saab, para enfrentar al sistema de justicia norteamericano que tiene
todo listo ya, para someterlo a una audiencia preliminar, en dónde se le formularán los cargos conocidos y él podrá
argumentar en contra de los mismos; sus alegatos sin duda, suscitan expectativa
en todo el país, por el alcance que podrían tener; pero lo cierto de todo este
asunto es que ya no es la justicia revolucionaria la que juzga, sino la
justicia de otro país con muchos años de tradición en su independencia
judicial.
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