Según reza la historia, en las aguas del Coquivacoa, conocido como "El Lago de Maracaibo", flotaba una tablita de madera que llegó a las manos de una humilde viejecita mientras lavaba su ropa en las orillas. La recogió y se la llevó a su casa para tapar una tinaja
A la mañana siguiente, la mujer no podía creer lo que sus ojos veían: de la tabla emanaba un brillo incandescente y en el centro se mostraba tallada la imagen que todos conocemos de la Virgen de Chiquinquirá, la cual permanece rodeada de flores y piedras preciosas bajo la hermosa corona dorada en el altar principal de nuestra basílica, o templo de San Juan de Dios.
Cada amanecer del 18 Noviembre, la feligresía zuliana con alegría y devoción se acerca a la basílica para venerar a su santa madre María de Chiquinquirá con la máxima expresión de nuestro folklore zuliano. La gaita zuliana que con orgullo y gran talento dedican los gaiteros, quienes siempre inspirados por el Fervor Chiquinquireño, le cantan con sentimiento, poesía y emoción.
"Gloria a tí Casta Señora
De mi Pueblo Bravo y fUerte
Que en la Vida y en la Muerte Ama y Lucha,
Canta y Ora...!
Ante tí nos inclinamos China Amada y te pedimos que corazón que cuides y protejas a cada zuliano dónde quiera que se encuentre, a tu noble pueblo zuliano y por supuesto, al pueblo trabajador del Agua que a diario entrega lo mejor de sí para brindarle bienestar y paz a esta #ZuliaBendita
Salve Madre María!
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