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lunes, 1 de noviembre de 2021

Opinión Circo rojo Por: Jorge Valenzuela

Para quienes de chicos tuvimos la fortuna de disfrutar de la magia y alegría del espectáculo maravilloso de los circos, cada vez que ocasionalmente llegaban a los pueblos   y ciudades; aún recordamos vivamente las divertidas ocurrencias de los payasos, las atrevidas maniobras de los trapecistas, así como la obediencia y sometimiento de fieras salvajes a las órdenes de un osado domador.

En mi caso particular, uno de los actos que más me impresionaron era el momento de la presentación de los elefantes, animales de gran tamaño, peso y fuerza descomunal que obedecían ciegamente  a las órdenes de un hombre devilucho , el cual dotado de un látigo fustigaba fuertemente al suelo, acompañado de gritos electrizantes que causaban la obediencia fiel  de tamaño mastodonte.

Luego de la actuación , se podía observar al elefante detrás de la carpa principal con una pata encadenada a una pequeña estaca de madera clavada superficialmente al suelo. Ahora bien ; aunque la cadena se veía fuerte, ¿por qué el elefante no huia, si tan sólo con un mínimo esfuerzo, podría arrancar de un solo tajo la estaca?

Con mi curiosidad de chico busqué explicaciones diversas para justificar tan absurdo comportamiento del elefante; hasta que por fin alguien me dió una respuesta satisfactoria: “ el elefante no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño “ . Siendo muy joven, mientras estuvo atado, luchó por todos los medios para soltarse, pero cada vez su esfuerzo parecía más inútil, la estaca era muy fuerte para el pequeño, así que después de intentarlo repetidamente sin éxito, llegó el día en que aceptó su impotencia y se resignó a su destino, dejó de luchar para liberarse.

El poderoso elefante no escapa porque cree que no puede hacerlo, tiene grabado en la mente el recuerdo de sus inútiles esfuerzos  de entonces y por ello se ha resignado y ha dejado de luchar por su libertad.

Esta experiencia de  mansedumbre obligada tiene aplicación práctica  al momento de buscar una justa explicación para la situación actual de nuestro país luego de 22 años de sometimiento autoritario por crueles domadores que nos han mantenido atados a su modelo político hambreador  para imponernos su dominio miserable. Quienes son jóvenes y nacieron durante este periodo es posible que por haber estado atados por la misma estaca de sumisión, se hayan acostumbrado y por ello, obedecen ciegamente, otros quizás ante la inutilidad de sus esfuerzos han dejado de luchar, otros muchos están despertando y buscan liberarse de sus ataduras.

La buena noticia es que quienes por experiencia ya conocemos a los dueños del circo y a sus prácticas oscuras para lograr sus mezquinos propósitos, somos la gran mayoría, sabemos que no existen ataduras posibles que puedan doblegar nuestro espíritu libertario, creemos en la libertad y estamos  trabajando para liberarnos de esas cadenas , para desenterrar todas las estacas, porque mentalmente sabemos que podemos y tenemos la fuerza necesaria.

Más pronto que tarde los propietarios  de ese circo oprobioso de dominación y sumisión perversa tendrán que emigrar  con sus bestias, payasos y maromeros hacia otro lugar donde instalar su carpa roja.

 Abg. Jorge Valenzuela

 

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