Una nueva táctica política de presión a Venezuela, se ha puesto de manifiesto por parte del imperio yankee, usando en este momento a la Corte Penal Internacional, y la judicializacion internacional del más conspicuo representante de este régimen calificado una y mil veces de comunista, el presidente Nicolás Maduro Moros.
Para el mundo no importa el principio de libre
autodeterminación de los pueblos,
Este principio, consagrado es el Segundo de los principios y
propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, luego, ¿Qué hace esa Corte aquí?
Recuerdo hace poco a Bachelet y ¿A qué vino esa honorable doña aquí? Pues en
nombre de la ONU, fue a decir, por allá, por Viena, una sarta de tropelías, tan
grotescas que su informe fue rechazado por inconsistente.
Pero el asunto no es sencillo, ni tiene que ver tan solo con
organismos internacionales.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
consagra la mayor suma de derechos humanos del mundo, en más
de cien artículos incluidos los derechos de los pueblos indigenas.
Ya veremos, la responsabilidad del gobierno del presidente
Maduro en la violación de los derechos humanos, que son letra constitucional en
Venezuela y esos, si tienen que ver con el voto de todos y cada uno de
nosotros.
La Corte Penal se dedica en en sus actos, a perseguir en sus
actos, a criminales de guerra y ex-prominentes líderes mundiales, colocados en
la vindicta pública, favoreciendo la ideología neoliberal capitalista,
contraria a la vida humana, la paz, la solidaridad, la cooperación, soberanía alimentaria
entre los pueblos y naciones, cuestiones cuestiones atribuidas falsamente y
hasta burlonamente al comunismo.
El fiscal Karim Khan, se presenta "oportunamente",
en Venezuela, en medio de la apertura de una nueva fiesta electoral, luego de
28 procesos similares, que demuestran por el número, que Venezuela no necesita
ser tutoriales ni intervenida por otros países que ni por asomo tienen nuestro
talante democrático.
La CPI, se hizo presente para activar una investigación
sobre delitos de lesa humanidad, ocurridos en los años 2014 y 2015 en sucesivas
alteraciones del orden público, promovidas por el imperio Yankee y sus
operadores en Venezuela, los partidos Primero Justicia (Julio Borges), Voluntad
Popular (Leopoldo López), Únete (Manuel Rosales), Vente Venezuela (María
Machado), AD (Henry Ramos Allup-Antonio Ledezma), Copei y más de 20 partidos o
agrupaciones, civiles y militares, dedicadas desde el año 2002, luego de su más
estruendoso fracaso, el golpe de estado del 11 de abril del 2002, ejecutado contra
el presidente Chávez.
¿Creen en la Constitución estos señores?
¿Creen en la lucha electoral estos señores?
No...es más todos exigen retornar a la constitución de 1961,
al menos la derogatoria de la del año 1999, votada y ratificada electoralmente por
el pueblo venezolano.
De hecho Pedro Carmona Estanga, quien se auto - juramentó el
11 de abril de 2001 como lo hizo Juan Guaidó el 23 de enero de 2018, aborrecen
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Prefieren gobernar sin ella, mediante una AUTOCRACIA apoyada
por Estados Unidos de América (USA).
Carmona en 2002, no tuvo chance de acabar con PDVSA, el
pueblo no se lo permitió, pues apenas tuvo el poder en sus manos, 48 horas.
Guaidó si pudo hacerlo, pues Maduro y el PSUV, han permitieron
nombrar autoridades espureas en PDVSA, el Banco Central de Venezuela (BCV),
embajadores en USA, Colombia, UK (Reino Unido), etc. y destruir el corazón
económico de la República de Venezuela.
Con el apoyo de USA, estos criminales se apropiaron o traspasaron
al imperio Yankee, más de 50.000 millones de dólares propiedad de Venezuela;
CITGO y otros activos en USA, valen en libros de contabilidad 36.000 millones
de dólares; la planta petroquímica Monómeros, ubicada en Colombia 3.000
millones de dólares, con una facturación anual de 1.400 millones de dólares.
Con la designación
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