Conoce toda la información Política del acontecer tachirense.                  Primicia al instante.                       Apago mi teléfono y a mi no me llamen.

Suscribete a nuestro Blog Informativo

Buscar este blog

domingo, 13 de marzo de 2022

Un amor verdadero: la unión entre el derecho y la justicia

 

Los procesos iniciales de formación, desde los primeros pasos del niño o de la niña, debieran estar cargados de amor, sencillez, suavidad, flexibilidad, entre otras tantas características de una guía de vida que se cargarán por el resto del desarrollo humano. Sin embargo, la enseñanza ha demostrado lo contrario; desde el inicio ha sido cerrada, exigente, brusca y basada en desprendimiento de lo humano, de los sentimientos que inundan el ser, escondiendo el amor debajo de la mesa para dar paso a la rigidez lingüística y numérica, generando así pequeños robots que lo serán peor en la adultez.

Lo mismo sucede en las subsiguientes fases del aprendizaje, más en la educación formal y mediante los mecanismos de control social, incluso los informales, en donde se van construyendo estándares y patrones de conducta, bajo los cuales las personas deben desenvolverse en sociedad, convirtiéndose en espectros apilados esperando órdenes superiores o aplicaciones mediáticamente creadas para desarrollar alguna actividad totalmente lineal, sin posibilidad de análisis o reflexión individual.

La vida universitaria no escapa a esta realidad, lo que se ha convertido en pasajes ordinarios de claustro del conocimiento ha provocado la disminución de un acercamiento al apartado axiológico de la vida misma, con una degradación, por lo menos en las últimas décadas, de la interacción entre discípulos y docentes y, más aún, a quienes no tienen ni genio ni vocación para ello. Quienes algo pudieran saber de las introspecciones propias de la vida, del pensamiento, del conocimiento, del saber, es porque lo aprendieron solos, sentencia que rige, para las generaciones recientes, ojalá que no, para las futuras. 

Es una dificultad constante que tienen quienes procuran desarrollar conocimiento, pues no cuentan con auxilio personal estable y de cuerpo presente de otra persona, que les facilite la tarea de aprender “enseñándolos”; y terminan adquiriendo sus propuestas intelectuales por la vía de un esfuerzo personal enorme, nunca bien medido, que los priva de otros bienes y de otros beneficios de la vida de relación, se trata de autodidactas pertinaces, casi compulsivos en la tarea constructora de pensamiento. Estas letras son, precisamente, un reconocimiento a ellos y ellas, a quienes no han escatimado esfuerzo para formarse en el área del pensamiento más general sobre el ser humano y sus circunstancias.

La misión que debemos tener quienes formamos es agregar una sensibilidad profunda por el sufrimiento humano y una vocación hacia la dignidad y la igualdad de la persona y su sentido más trascendental, características de lo humano, en las que se debe creer fervientemente, más por quienes pretenden acercar al Derecho y a la Justicia, como dos seres que se aman profundamente y que se encuentran sólo en épocas de eclipse, pues la academia las ha puesto, como al Sol y a la Luna, coincidiendo sólo en un esporádico y excepcional atardecer.

Además, debemos aportar, fundamentalmente, una herramienta útil y esencial para facilitar a quienes inician el camino a la construcción teórica sobre el Derecho y, sobre todo, a quienes se introduzcan al estudio del sistema de solución de conflictos sociales, salir un tanto del aislamiento que culturalmente han introducido las facultades de Derecho, acostumbrando a sus alumnos y alumnas a obras escasamente analíticas y críticas que, con la justificación de describir la legislación positiva, representan poco más o, en ocasiones, poco menos que exégesis legales, en el sentido subterráneo de la palabra.

La construcción de un conocimiento distinto al convencional instaurado por quienes propugnan los elementos mecanicistas como inducción a lo conductual se erige como fundamental, máxime ante la inconsistencia, ya mencionada, entre la enseñanza actual ante las necesidades sociales e individuales, tanto del presente como del futuro, lo que explica la creación del conocimiento y el aprendizaje por descubrimiento o significativo, ya aludido, por oposición al repetitivo. 

El operador jurídico debe manejarse bajo los espacios de la complejidad y la incertidumbre, correspondiéndole enfrentar y resolver el distanciamiento que se ha creado entre el Derecho y al valor Justicia, distanciamiento provocado por los odiadores del amor, tanto más cuanto la ley se pone en conexión con los principios constitucionales, que deben alimentar todo el sistema de fuentes de las que se nutre el ordenamiento, apoyado en una nueva racionalidad, que enfrenta la modernidad, para la que, la formación en sentido racional se establece partiendo de la episteme representacional de modernidad, es decir, un espacio delimitado por cuatro pilares universales y totalizadores, esto es, la razón, la representación, la historia y el lenguaje, dentro de los que necesariamente debe ocurrir la producción de sentido.


Marco Antonio Medina Salas.

Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia.

5 comentarios:

  1. No sé esperaba menos, excelente aporte doctor. ⚖️⚖️⚖️

    ResponderEliminar
  2. Poderosas y hermosas palabras de reflexión hermano querido. Que bueno seria que existieren otros operadores de justicia que se identifiquen con tu filosofía de vida. DIOS te bendiga abundantemente.

    ResponderEliminar
  3. Excelente artículo. Denota la pasión por la academia y el respeto por los valores humanos. Aplausos de pie.

    ResponderEliminar
  4. Interesante artículo, con contenido apto para quienes estan dando sus pasos en este ámbito, y quienes queremos seguir creciendo, pues la pasión y respeto que se denota de la inspiración del autor, contagia a quienes tenemos respeto y valoramos cada esfuerzo cada sacrificio por enaltecer tan significante y especial labor, allí se aprecia lo que significa tener valores y principios, que deben estar presentes ante cualquier actuación, bien sea en el marco de la educación o en el ejercicio de la profesión.Ilustración para la enseñanza,la reflexión y reforzar la pasión por lo que hacemos.

    ResponderEliminar

¡Anúnciate con nosotros!