Para los qué le temen a la muerte mi humilde reflexión de hoy... ¡Hay qué, Morir, para Vivir Eternamente…! Cuándo la siembra en vida no da su fruto y sólo con nuestra siembra en suelos áridos el campo florece, vale la pena Morir...ya nos lo enseñó Jesús, el hijo de Dios, el Cristo Redentor, quién por la verdad murió apedreado y crucificado en la Cruz, con corona de espinas y sus últimas palabras: ¡Señor,
Perdónalos…! ¡Qué no saben lo qué, hacen…! y al tercer día resucitar de entre los
muertos... Vive entre nosotros eternamente y otro ejemplo Simón, quién sólo y
abandonado dejó su último suspiro en Santa Martha, muy lejos de su Patria, y
con sus últimas palabras: ´´Si mí muerte contribuye a qué cesen los partidos y
se consolide La Unión…Yo bajaré tranquilo al sepulcro´´. Y así cómo Cristo, resucitó y hoy vive
eternamente sobre su brioso corcel, en cada plaza Bolívar de la Patria qué lo
negó. Razones sobran, para qué seamos entonces, verdaderos cristianos y
Bolivarianos qué no nos cuesta nada. Feliz Martes Santo.
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