Las elecciones de Gobernadores, Diputados al Consejo Legislativo, Alcaldes y Concejales previstas para el 21 de noviembre 2021, ha generado reacciones en cabecillas de la abstención, al enterarse que los ciudadanos van sintiéndose motivados a participar en el proceso electoral. Sus posturas disimuladas para con el régimen, les va dejando desnudos en el camino. La aprobación de tarjetas electorales ya no la ven tan despreciable, creando nombres de forma apresurada en el entorno del complot divisionista, para ver si la pegan con los electores. Ahora se sienten acogidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) al que han escupido ante las cámaras de televisión, pero no terminan de explicar por qué entregaron la mayoría de la Asamblea Nacional (AN) al régimen.
Las primarias no les agradan y anuncian que van hasta el final del proceso electoral. Los reconocimientos al actual presidente Nicolás Maduro no se hacen esperar, y le llaman el legítimo. Traicionan sin cortapisas a quien auparon como el interino. No se sabe si son los recursos económicos destinados para la ayuda humanitaria los que les está desuniendo, y se exigen entre sí, la “rendición de cuentas”. Las propias organizaciones internacionales expresan preocupación porque no entienden como se esfumaron más de 500 millones de dólares, sin hacer aporte de inyectadoras o medicamento alguno a beneficio de los ciudadanos.
Tal vez se busca tapar la desviación de esos recursos con aquellos 300 dólares que ofrecieron a médicos, al final, cada quien sabrá si les llegó o no a sus cuentas. Lo mismo ventilaron públicamente para con los docentes. Bienaventurados aquellos a quienes les hicieron sus depósitos. Toda la farsa sigue su curso. Llamaron alacranes a quienes se manifestaron contrarios a su desviación, y ríen tras bastidores de su logro. El régimen se juega sus cartas con precisión. La diáspora tiene sentido porque las familias huyen de la miseria, pero los muertos quedan en la fosa clamando por justicia en contra de asesinos y manipuladores del momento. Es el juego de la anti política, promovida por falsos políticos, aliados al mercantilismo, para hacerse de espacios que les permitiera continuar con sus prebendas. Incluso, hay quienes hablan de moral y ética, y representan en cuerpo y alma los anti valores. Engañaron a los ciudadanos hablando de esperanza, y apostaron por la desesperanza.
Son acuciosos esos personajes. Infiltran a sus seguidores en Los lugares donde se toman decisiones, y obtienen la información sin apuro. Así intentan generar ruido en todas partes. El libro la conspiración Maquiavelo de Allan Folsom, se quedó corto en su narrativa. Los eventos suscitados en suelo venezolano no son parte de la imaginación del escritor norteamericano. Seguramente aparecerá algún espontáneo para solicitar la revisión de los best sellers que se le han otorgado por sus interesantes, pero, desfasados textos. Lo arroparán nuevas nociones. Ya no es dictadura, ahora es democracia débil.
Los elucubradores de la abstención no sienten vergüenza alguna por el daño generado al sistema de libertades, pero salen a anunciar con cara de oveja perseguida, y bravuconería de macho alfa, que son candidatos a cargos de representación popular, y no se cuentan con nadie. Apuestan a favor del oficialismo, porque solo saben perder.
Por Arturo Molina
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