Los largos 23 años de desgracia generada por la perversión y el abuso a los Derechos Humanos
(DDHH), parece no les molesta, ni angustia, tal vez, porque sus intereses no han sido tocados. La prepotencia les ciega la visión y aleja del presente. Viven en nube oscura y piensan que el chocolate se lo beben caliente y con queso madurado, porque el gas doméstico no les falla. No les falta en su mesa los tres platos y sus respectivas meriendas. Les alcanza el sueldo para adquirir gasolina a precios internacionales, y en escasez les asignan estación de servicio especial.
Duermen las ocho horas diarias a placer y al levantarse ven por la ventana lo bien que están. Son tan bien tratados, que con realizar llamada le llevan la bombona de gas llena hasta la casa de habitación e instalan. El covid19 es para ellos una entelequia y los gastos en medicina son centavos al ir a las clínicas. Tienen sus chinchorros para procurar el descanso en sus hogares, al aire libre, sin ser atacados por choros, perdón, delincuentes y leen novelas que son negadas para el resto de los venezolanos.
El volar en el sueño del país de la maravilla, les genera calidad en la prestación del servicio eléctrico y de ser cortado por el régimen, disponen de sendas plantas a gas o gasoil para subsanar el problema. Transitan carreteras pavimentadas que irradian figura de un paisaje de país desarrollado. Visitan playas que ayer eran cuestionadas por el oficialismo como espacios de ricos en exclusión de los pobres y les sacan provecho a los hospedajes para los altos jerarcas gubernamentales. Conscientes o inconscientemente se fuman el habano tratando de emular la forma en que lo hacía Fidel Castro y hasta escupen, perdón, que vulgar, esputen, el mismo veneno y odio a rabiar.
Olvidan el trato respetuoso y asumen la arrogancia como norte de sus decisiones.
Lamentablemente, la incoherencia y ausencia de estrategia política, tiene a los líderes del ausentismo en terreno movedizo. Anuncian querer participar en
proceso electoral del venidero 21 de noviembre, pero no se cuentan en
elecciones primarias para seleccionar candidatos únicos de oposición al régimen e imponer sus adeptos, y excluir a sencillos dirigentes que se han ganado el derecho a ser postulados. Ya la inhibición no les sirve, ahora apuestan a distraer a los ciudadanos con maniobras perversas con el salto del abstencionismo al divisionismo.
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