El pueblo venezolano ha comenzado a vivir una etapa de
envejecimiento demográfico y eso se refleja en todos los ámbitos del que hacer
diario de la gente.
Naciones Unidas viene monitoreando éste fenómeno que afecta
al mundo, al igual que a Venezuela.
Curiosamente, hay tres hechos incontrovertibles, entre
otros, los cuales resaltan como inductores del envejecimiento de la población,
si admitimos la tesis científica del Antropoceno, como la fase actual de la
evolución de La Tierra.
1. La participación masiva de la mujer en decisiones
reservadas históricamente al hombre, lo cual disminuye la fertilidad natural de
las hembras; 2. Las migraciones y su
incremento mundial, como manifestación de la generalización del capitalismo
salvaje o super explotación del trabajo asalariado, lo cual induce a una
reducción consciente del tamaño de la familia (unidad básica de cualquier
sociedad humana), con la práctica sistémica de evitar embarazos y/o el aborto
(legal e ilegal)
3. Un tercer elemento (fue el principal durante siglos), el
desarrollo humano en salud pública, higiene sanitaria y dominio y control
epidemiológico de los patógenos que afectan al Hombre.
Los "viejit@s" por tanto, tenemos nuevas
oportunidades de vida, para seguir empleando la veteranía, el conocimiento y
las habilidades adquiridas a lo largo de cada vida, en todas las áreas de la
actividad humana.
No se trata de una competencia entre "viejos" y
"jóvenes", que a menudo se presenta como un rechazo a los viejos,
considerándolos inútiles o carga para la sociedad. Hace tres años el primer
ministro japonés Shinso Ave, tuvo que dimitir, cuando dramáticamente pidió a
los ancianos japoneses que se suicidaran para salvar de la crisis económica a
su país, que cuenta con el estrato de población más longevo del mundo.
La política no escapa a este drama.
En las elecciones del 21/N, hemos observado que ante el
colapso de la oposición, un nuevo liderazgo de "viejitos" emergió,
desde las catacumbas de la cuarta república.
Pudiéramos llamarlo "El retorno de los
brujos". Ahora que la ONU ha
prolongado la expectativa de vida de los 75, actuales a los 80, vemos en el
campo opositor, un Manuel Rosales, José Alberto Galíndez y Morel Rodriguez,
tres viejitos operadores de la Cuarta República, de origen adeco, que coronaron
con éxito sus opciones de gobernadores el 21/N, en relevo a los fracasados
muchachones del denominado G/ 4, dueño de la franquicia electoral o tarjeta MUD
(la manita derecha con el pulgar alzado), financiados eso sí, por las agencias
norteamericanas, para saquear los petro dólares y el oro de la República.
En el envión del 21/N, no pudo coronar en Barinas, con la
tarjeta MUD, Freddy Superlano, audaz muchachón que se gastó $145.000 dólares en
Cúcuta, de la "ayuda" humanitaria aportada por Estados Unidos al show
fronterizo montado por Sir Richard Branson, con el plus de una parranda pagada
por el multimillonario británico, al burdel "Penélope" de Cúcuta.
Branson por estos días, quiere cobrarse su inversión en la
MUD, con las 31 toneladas de oro, secuestradas por el Banco de Inglaterra, bajo
la diligencia del muchachón Juan Guaido, a quien los ingleses consignaron los
dos mil millones de dólares que valen las 31 toneladas de oro pirateadas por
Inglaterra a Venezuela.
La francahela de Superlano en Cúcuta, lo proyectó sobre el
electorado de Barinas, que aunque no le
costó la vida al candidato a la gobernación si falleció su primo/hermano
envenenado por sobredosis de narcóticos.
Con el nauseabundo "affaire" Superlano y de su
simpar Aurora, inhabilitados por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela,
culmina uno de los episodios más opacos de las elecciones, que ni siquiera la
experta mirada antivenezolana de la misión europea, tomó en cuenta -por no
respaldar la dudosa moralidad del personaje opositor- aunque es de resaltar la
intervención irregular del Plan República (al esconder las tres actas
ganadoras), el CNE (al admitir la postulación)
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