La supervivencia de los venezolanos está llegando al borde del desespero. El alto costo de la vida, y los precarios ingresos hacen mella en los hogares. La prestación de servicios públicos es deficiente por todos lados. Familias enteras, desde adultos hasta niños, deben dejar a un lado el merecido descanso, para continuar con faena laboral en distintos lugares. Florece el comercio informal, hasta que las autoridades del gobierno deciden ir por esos bienes. Hablan de comisiones para funcionarios que impongan multas, con eso pretenden tapar el asalto al erario público durante años de derroche y corrupción.
Los niños asumen responsabilidades de adultos porque deben
contribuir con el ingreso familiar, lo contrario, pasarían hambre varios días.
Los adultos a trabajar en lo que salga, y a la hora que sea, para no ver la
desnutrición tan cerca. Los que no pueden terminan viviendo de la solidaridad
de sus vecinos, algunos no alcanzan a resistir la miseria impuesta, y fallecen.
Horas de desespero se ciernen sobre jóvenes quienes enferman por tales
maltratos, y deciden marcharse del país, otros, atentan contra su vida. No hay
doliente gubernamental para salir en ayuda de esas personas, porque ese es su
propósito: Olvidar y crear la necesidad de las personas para someterles.
Profesionales buscan con desespero que sus estudios sean
reconocidos, y se les compense con ingresos acordes a la realidad
socio-económica del país, pero eso queda en el olvido para el patrono, al
ofrecer espejismos que esconden la intención de quitar de un solo corte, lo
poco dado. Docentes de todos los niveles ven como se les pretende arrinconar
para que dejen sus trabajos. Eliminan beneficios y aplanan sueldos y salarios
para evitar se les crezca el bobo. Los revolucionarios forman sus cuadros para
llevarlos a ocupar esos espacios con la finalidad de inyectar la dosis de
resignación a las nuevas generaciones. La pluralidad les afecta y corren a
promocionar el pensamiento único. Brillan por el atropello y violación a toda
norma legal que les afecte.
No hay sector en el país que vea con agrado tal desempeño
gubernamental. La infusión de lo absurdo llena expectativas del gobierno
revolucionario, y sienten que les engrandece en sus ruinas. Regresan los bienes
secuestrados a algunos propietarios, y les da igual en las pésimas condiciones
en que se encuentran. Invitan a la inversión, y socaban las Leyes para frenar
el crecimiento y desarrollo de los Estados y Municipios, del país entero. A la
vista del ser humano se puede dimensionar la inmensidad del mar, que nutre y
provee alimento, pero no del tirano, que hace uso de la fuerza y el control
social para imponer la humillación, y quebrar la dignidad de los ciudadanos.
La lucha de las familias es de resistencia contra el
oprobio. Representantes gubernamentales han perdido la noción del tiempo, y
fortalecen sus errores. Ya no son los apátridas o traidores de los que hablaban
para saltar su responsabilidad; son ellos mismos quienes se ofenden sin
entenderlo por la mezquindad que irradian; son sus propios conspiradores, y con
ello, pretenden apagar la vida.
Hasta ver apagar la
vida.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
www.jarturomolina.blogspot.com
jarturomolina@gmail.com
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