Las elecciones a la Presidencia de la República del hermano país de Colombia realizadas el domingo 29 de mayo 2022, dio como resultado que debe hacerse una segunda vuelta, porque los dos candidatos más votados, no lograron más del 50% de la votación que señala la Ley de ese país, para declarar ganador a cualquier aspirante en la primera vuelta electoral. Es ahora cuando comienza un nuevo juego basado en la estrategia de las alianzas, y la moderación o radicalización del discurso para capitalizar a los electores que sufragaron por otros candidatos. En ese contexto son fundamentales los apoyos que se puedan obtener de los partidos tradicionales, cuyos candidatos también obtuvieron votación importante, así no salieran seleccionados para ir a nueva ronda que debe realizarse el 19 de junio del presente año.
Las voces agoreras comienzan a descalificar al sistema de
partidos, y señalan que es el final del mismo, y como consecuencia la caída del
actual sistema político imperante. La pretensión de imponer la anti política en
la elección Presidencial colombiana parece no consigue resonancia en los
ciudadanos, quienes se desligan de esas aseveraciones, destacando que apostaron
por las gestiones de gobierno que cada candidato a mostrado en sus espacios
regionales. Pero a su vez, es determinante que, para la segunda vuelta, los
electores ubiquen la propuesta responsable, aún con desagrado por lo que
encierra, a la populista que va a terminar dañando lo mucho de lo poco
alcanzado, para el crecimiento político, social y económico de la nación.
En el análisis de los colombianos debe prevalecer el
criterio de lo que se gana o lo que se pierde desde la perspectiva de la
inversión. El elegir bien requiere de revisar con exhaustiva experticia las
letras grandes de las propuestas, pero también las pequeñas. Traer a evaluación
las facetas por las que han atravesado cada candidato, y sus reales intenciones
de llegar al Poder Ejecutivo Nacional. No es fácil para una sociedad que ha
vivido de sobresaltos, con crisis política y social, y además asediada por
grupos irregulares, que en varias oportunidades han declarado la guerra al
sistema de libertades. Pero tampoco es difícil si se trata de tener
representante gubernamental que se identifique con los problemas sentidos por
la sociedad, y sea capaz de generar políticas públicas que den solución a la
variedad de problemas existentes.
En un partido de futbol los técnicos hacen planteamientos
tácticos y estratégicos, para hacerse con el resultado. Algunos juegan a la
ofensiva, otros a la defensiva. Se estudian mutuamente para intentar descifrar
la estrategia de cada uno. Hay individualidades que marcan la diferencia, pero
son ensayados con anterioridad para frenar su evolución en el campo de juego.
Si el trabajo se hace en equipo, sin duda los efectos serán los esperados. Lo
individual los puede llevar a la derrota.
La elección del nuevo presidente de Colombia tendrá un
ganador, los demás deben asumir con hidalguía el papel de oposición que dará el
ciudadano. Lo importante es que en el juego democrático hay que aprender a
ganar y a perder, entendiendo que se juega para ello, y que el mundo no se
termina porque no se obtuvo la victoria en esa batalla cívica. Hay quienes no
lo han entendido, pero el tiempo les dará la enseñanza requerida en ese, y
otros escenarios de la vida.
ARTURO MOLINA
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