El caso conocido de Daniel Ceballos, es digno de una reflexión profunda, buscando encontrar justificaciones para sus opiniones acerca del comunismo rojo del cual, fue una víctima: preso sin motivos ciertos, inhabilitado y perseguido.
Hoy, con una actitud mansa y bobalicona hacía el régimen que lo sometió a tantos vejámenes que, concluyeron con su privativa de libertad. ¿Qué pasó para esta transformación y visión nueva sobre el ejercicio de la política? Lo único que puedo intuir, es lo que los sicólogos, sociólogos y expertos en comportamiento, denominan como ´´síndrome de Estocolmo” el rehén que se enamora del secuestrador y pasa a hacer parte de sus prédicas y motivaciones. Es como dice el adagio popular; ´´aunque usted no lo crea” estamos en un momento muy convulsionado del acontecer político donde cada día estamos siendo testigos de estas cabriolas propias de contorsionistas de circo que ahora nuestros variopintos políticos, ávidos de poder, ponen en práctica en cuerpo y alma con el único fin de satisfacer sus egos y apetencias personales, mientras que el jodido pueblo, el eterno Juan Bimba siempre sigue siendo utilizado inocentemente en aras y en propósitos totalmente alejados y distintos del motivo central , único y necesario para la patria: la salida total del régimen opresor. Sin unidad monolítica de todos los sectores, seguiremos cada vez más jodidos.
Buen articulo.
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