Leer sobre lo que acontece en América Latina con sus habitantes, activa alarma que pareciera no llega a los oídos de los gobernantes, quienes están ubicados u ocupados en otro contexto. Portales informativos a través de diversos trabajos de investigación muestran evidencias de la crítica situación por la que transitan las personas ubicadas en ese espacio del continente americano https://albertonews.com/internacionales/la-pobreza-golpea-a-america-mas-de-60-millones-pasan-hambre, al igual que la UNICEF.ORG
De los 660 millones de seres humanos que viven en
Latinoamérica, más de 60 millones pasan hambre, y las cifras aportadas
estremecen la fibra humana, al señalar que otros 220 millones no saben si al
día siguiente van a poder consumir alimento. Es aberrante que, en el siglo del
conocimiento y desarrollo tecnológico, se tenga que registrar el espeluznante
número de que 1 de cada 10 personas, no come suficiente. El dilema se presenta
con el daño que se está registrando para los latinoamericanos, producto de la situación
en la que se encuentra inmerso, y en posición en extremo delicada para el
desempeño de sus ciudadanos en un futuro inmediato.
¿En dónde terminan los que no están comiendo? ¿Se van a
habilitar hospitales, las famosas carpas de la salud, para atenderlos, o
cementerios para darles cristiana sepultura? ¿Están los gobernantes aplicando
la estrategia de la muerte a través del hambre? Organismos internacionales como
la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Organización Mundial de la Salud
(OMS), ¿están diseñando estrategias para facilitarle a los gobiernos
mecanismos, y ayuda, para paliar ese trastorno, o son operadores de rutina para
registrar y dejar pasar lo que acontece? ¿Están escuchando los gobiernos
latinoamericanos las recomendaciones dadas? ¿Están los gobiernos decididos a
afrontar las consecuencias que derivan de ese genocidio? Son cortas las interrogantes para tener
respuesta de esos eventos. Lo significativo es que los pobladores padecen
hambre, y no es por falta de producción de alimentos, pero podría interpretarse
que es por la profundización de las desigualdades sociales, generadas desde el
foco ideológico de los gobiernos llegados al poder.
El crecimiento del hambre en los latinoamericanos es
vertiginoso y poco se hace para resolver el problema. Los gobiernos interesados
en que la población viva en ese esquema de sufrimiento, terminaran culpando a
la pandemia del covid19 de esos acontecimientos, y en última instancia a los
apátridas. La estrategia de evitar ciudadanos educados para el disentimiento, y
la posibilidad de sociedad plural pasa por negar el alimento. Sin educación y
una adecuada alimentación tendrían bajo su control a seres humanos adaptados a
sus preferencias ideológicas. Unos juegan a la guerra y asesinan a inocentes;
otros destruyen el sistema de libertades apoyándose en las herramientas que
está les facilita, y con ello generan la muerte silenciosa, como un veneno
invisible rociado al cuerpo humano.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
www.jarturomolina.blogspot.com
jarturomolina@gmail.com
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