La Inspectoría General de Tribunales (IGT) encuentra su génesis, su origen en el artículo 267 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cuando establece que: “Corresponde al Tribunal Supremo de Justicia la dirección, el gobierno y la administración del Poder Judicial, la inspección y vigilancia de los tribunales de la República y de las defensorías públicas. Constituye pues, un órgano auxiliar del Tribunal Supremo de Justicia esencial en el mantenimiento del gobierno judicial y de los procesos de formación a través del continuo control de la actividad jurisdiccional, antes, durante y después de los mecanismos empleados para solucionar los conflictos judicializados.
Implica lo anterior que la Inspectoría General de Tribunales
es sostén constitucional de la autonomía e independencia del Poder Judicial del
resto de los Poderes Públicos Nacionales, teniendo como plan de vida
institucional, no solo la de inspeccionar y velar por el correcto
funcionamiento de los tribunales en todo el país, sino además buscar la
profesionalización de los jueces y las juezas en su rol constitucional de
administrar Justicia. En efecto, este órgano auxiliar del Tribunal Supremo de
Justicia, dependiente jerárquica y funcionalmente de su Sala Plena, no es una
mera institución persecutora de quienes juzgan en el país, al fiel modelo de la
vindicta arcaica, sino que se constituye en un ejemplo de humanismo y querencia
social con una visión de supervisión formadora, educativa y creadora en cada
una de las alternativas de inspección trazadas en sus resoluciones e
instructivos de base.
No es fácil hacer un análisis de la institución vigilante de
las actuaciones judiciales si no se conoce bien su funcionamiento, no es
posible hacer una exposición a la ligera sobre el ente supervisor si se
pretende hacer uso de ella como una suerte de “policía jurisdiccional”, pues se
corre el riesgo del equívoco normativo, académico, profesional y político. La
Inspectoría General de Tribunales es fundamentalmente supervisora y vigilante
de la conducta profesional de seres humanos que juzgan a seres humanos y por
tanto no está alejada de la visión constitucional del Estado axiológico,
consagrado en el artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en cada una de las formas de inspección dadas, esto es, integrales,
especiales, ordinarias, por reclamo y de vigilancia, todas con sus mecanismos y
características propias, pero teniendo en común el carácter social y humano
empleado por quienes la llevan a cabo.
Es en este punto en donde cobra vital importancia quien
labora dentro de esta noble institución. Aquellas personas que día a día, en
todo el territorio nacional, demuestran su compromiso como seres humanos
transparentes, probos, sensibles y con un nivel profesional a toda prueba, pues
su esencia es servir a todos aquellos que lo necesiten, no sólo porque tengan
alguna inquietud, denuncia o reclamo sobre las actuaciones judiciales, sino
porque necesitan ser escuchados como personas, encontrar una mano amiga que les
permita encaminarse dentro del difícil transitar de una controversia
judicializada.
Además, quienes laboran en la Inspectoría General de
Tribunales, como inspectores, analistas y personal administrativo y obrero,
desarrollan un amor extraordinario, un amor de luna y estrellas por el Poder
Judicial, por este espacio destinado a la solución de conflictos, que muy a
pesar de sus limitantes y problemas, se erige como un encuentro de conductas de
seres humanos, de personas con diversidad de dificultades que siempre necesitan
ayuda, incluyendo a quienes tienen la función de administrar Justicia. Por
ellos y para ellos los trabajadores del órgano supervisor del Tribunal Supremo
de Justicia han desarrollado un superior nivel de compromiso con la
institución, un verdadero apego a sus valores y objetivos, entendiendo su rol
de servir para ayudar, para amar al prójimo.
Pero lo más hermoso que tiene quien labora en la Inspectoría
General de Tribunales, es su profundo querer patrio, su elevado amor por
Venezuela, lo que lleva al personal de la Institución a estar siempre en la
primera línea de batalla para la defensa nacional. Son los hombres y mujeres de
esta insigne institución ejemplo de dignidad, generadores de orgullo para
quienes la vida nos dio la oportunidad de dirigir y aprender de sus miradas y
sonrisas, que encierran las ganas de elevar a nuestro país en el sitial que se
merece, en la cabeza de los pueblos que han luchado por vencer las adversidades
y exaltar nuestra independencia.
Rindo honores a mis compañeros y compañeras de la
Inspectoría General de Tribunales, a los que están y a los que estuvieron, a lo
largo y ancho de mi amado terruño bolivariano, por su entrega permanente, por
enaltecer nuestro Poder Judicial y por hacer respetar con su trabajo cada una
de las letras de nuestra Carta Magna. Hasta la victoria siempre.
Marco Antonio Medina Salas.
Magistrado
Excelente reflexión mi querido amigo,a través de tan sabias pero sencillas palabras supiste englobar lo que sue significa mi tan querida Inspectoria de Tribunales. Gracias y un fuerte abrazo
ResponderEliminarNo sé podía esperar menos del magistrado Marco Antonio Medina Salas. Excelentes palabras que despiertan el sentimiento patrio y amor al Poder Judicial ����
ResponderEliminarbuen dia estimadosy excelentisimos colegas se recomienda formar mas personal para este trabajo en los valles del tuy los abogados no teneos empleo y hace falta que una institucion tan respetable como lade ustedes nos absorva y nos forme para este empleo gracias ATTe Lolymar Valencia Urbina tlf 0412 332 83 59
ResponderEliminarEn hora buena un análisis profundo y reflexivo que nos motiva a seguir defendiendo la constitucionalidad y en la buscaqueda de la justicia. Venezuela como amante de la libertad y aferrado a los principio constitucionales seguirá al lado de hombres como usted que nos inspiran a seguir transitando hacia una justicia proba y sin atajos. Mil gracias por esa palabras de aliento.
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