Hasta hace poco las escuelas jurídicas predominantes sostenían la tesis de que la función del juez debía consistir en conocer las normas jurídicas y subsumir bajo estas los hechos pertinentes, siguiendo en tal proceso las reglas de una operación lógica. Según esas escuelas, el juez tenía que aplicar el derecho de acuerdo con los principios de la lógica cognoscitiva y, en caso de lagunas, debía llenarlas por el procedimiento de interpretar conceptos, puesto que se suponía que las normas jurídicas vigentes eran deducciones de un concepto fundamental, considerando que un conocimiento a fondo de este suministraría las nuevas reglas que fuesen necesarias (método de la construcción), es decir, destilar primeramente un concepto derivándolo de las normas jurídicas existentes, y deducir después nuevas reglas de ese concepto.
Por ello se hace inexorable que tanto la metodología del
positivismo como los conceptos fundamentales que inspiraban el Estado Liberal
tienen que ser replanteados a la luz del nuevo realismo social, científico y
constitucional, propio de las sociedades de elevada complejidad que culmina en
la globalización. No puede seguirse en la línea que separa el Derecho y la
Justicia, que los desanima, que los divorcia y los lanza en un proceso anclado
a la contracultura dominante, de una exigencia política y de una opción ética,
capaz de enfrentar los dilemas entre la llamada por Hofmann, física de la
socialización, la mecánica social y la paz mediante la legislación autoritaria,
esto es, ley natural, mercado y competencia y seguridad en lugar de justicia.
Hoy no se debe enseñar para resolver problemas, por el
contrario, se debe enseñar para generarlos, para aprender a manejarlos,
identificarlos y superarlos, dentro de un saber abierto, que desarrolle las
habilidades cognitivas del alumno, tras armonizar las necesidades de este y los
valores sociales, en lugar del aprendizaje memorístico y repetitivo sumado a la
pasividad que, infortunadamente, ha sido la constante metodológica en las
facultades de derecho pues dificulta el desarrollo de la crítica de la
creatividad, con consecuencias nefastas para el avance del derecho y la
transformación o renovación de la justicia, por cuanto la enseñanza de aquel no
es mero estudio de normas, sino de la justicia. De allí que no puede hablarse
de una seria transformación del sistema de justicia sino se ataca el exceso de
normativismo o de legalismo que invade al derecho, defendido por quienes se
conforman con la armonía de las formas en que recluyen sus conceptos y que se
inicia en el proceso de formación generado por la academia.
El proceso de enseñar y aprender a manejar la incertidumbre,
que es reducir la complejidad ante las dificultades que el conocimiento
presenta, en una época de transición y de cambio vertiginoso, como la actual,
resulta imprescindible como instrumento pedagógico para el cambio de paradigma
formativo. La complejidad es motor del cambio social, pero también funciona
como un reactivo para la teoría jurídica, que necesita desarrollar esquemas
conceptuales y métodos de análisis más complejos para ser capaz de explicar
nuevas situaciones, pues la complejidad al interior de los distintos sistemas
de la sociedad (político, económico, derecho, religión), aparece como
consecuencia de dos factores: de una parte, el funcionamiento no sujeto a la
causalidad de las estructuras de cada uno de esos sistemas y, de otra, la
necesidad de transformar un entorno cada vez más complejo al interior de cada
uno de ellos, en una tensión constante entre crecimiento y reducción de la
complejidad.
En esta época, no solo se han hecho grandes descubrimientos,
sino que se ha pasado de la era industrial a la posindustrial, a la era de la
información y del conocimiento, que culmina en la era digital, caracterizada
por la normalización de todo tipo de redes de informática y por la aparición de
una nueva sociedad, la digital, con una cibercultura y un espacio propios, el
ciberespacio. Es, sin más, la época oportuna para el cambio, la de revolucionar
el pensamiento, es la época del riesgo y la incertidumbre, que supone, a su
turno, la superación del determinismo sujeto a la causalidad, contrapuesto al
orden como complejidad.
Marco Antonio Medina Salas.
Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia.
Excelente artículo, coincido con el autor, es menester acercar la justicia con el derecho.
ResponderEliminarExcelente dr 👍
ResponderEliminarBuenas tardes. Completamente de acuerdo, y es que es en las facultadesd de derecho donde nace propiamente dicho (a mí parecer) el espititu de la justicia de cada juez, cada fiscal, de cada defensor publico o privado. Desde alli se da la siembra de esa semilla de inquietud por la justicia, por lo equitativo y por la busqueda constante de la verdad, que luego florecerá no solo convertida en la tan anhelada justicia, sino tambien en una sociedad mas humana y mas sana desde todo punto de vista. Estamos en efecto en una epoca donde contamos con un abanico de opciones que nos facilitan atender, cultivar y gestionar no solo esa justicia del buen hacer convertidos en justicia, sino ademas los frutos de de ella se obtinen, Como siempre, excelente articulo. Enhorabuena
ResponderEliminarMagistrado Medina, disculpe que mi participación no se refiera al artículo, pero requiero su atención, respecto a una denuncia que reviste gravedad ocurrida bajo su gestión interpuesta en su propio despacho en la Torre DEM piso 10 hace más de un año, y no he obtenido respuesta... 0414 527 7271 Me Propusieron contratar a un abogado privado en el tribunal para que pudiera obtener la firma del sobreseimiento solicitado por la fiscalía, al no aceptar hubo Sustracción Consiente de Folios de expedientes penal en un Tribunal Contra la Violencia a la Mujer AMC, Desorden Procesal, Omisión de Pronunciamiento... En la IGT Torre DEM trabaja la Fiscal que destituyeron de la Fiscalía por la extorsión a la que había sido sometido... La IGT No me ha resuelto mi denuncia siendo que me atendió en Dr. Sergio y la Dra. Rudi Perozo, incluso quien es o fuera la jefa de su Despacho...
ResponderEliminarEstimado Dr, tremendo artículo, coincido que existe un alejamiento entre la justicia y el derecho. Muchos de los casos hoy día son resueltos por coacción y órdenes.
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