La dinámica política está a millón en el acontecer venezolano. Los debates en el seno de la sociedad dan como resultado que el apoyo que brindó abrumadoramente el sector opositor del G4 a las restricciones y sanciones aplicadas a Venezuela, antes de perjudicar el gobierno de Nicolas Maduro y sus revolucionarios siglo XXI, han ido en contra del bienestar de los ciudadanos.
La presencia en suelo venezolano de representantes
diplomáticos del actual gobierno de los EEUU para establecer reuniones con el
gobierno de los revolucionarios siglo XXI, el llamado interinato del G4, y
otros factores de oposición, pueden ser buenas noticias para los ciudadanos si
se consolida el entendimiento para sustituir el sufrimiento por el bienestar.
El desprecio por el diálogo y la inducción a la descalificación de quienes
piensan distinto al G4, contribuiría a incrementar la diatriba política y las
ofertas engañosas, sustentadas en la manipulación y la pretendida exclusión,
que a su vez multiplicarían el desconsuelo en las familias venezolanas.
Son alentadoras las opiniones emitidas a la luz pública por
representantes de partidos políticos no alineados en el G4, al igual que
representantes de la sociedad civil no partidista, direccionados al
entendimiento, inclusión y disposición a participar en primarias, para
seleccionar candidato presidencial que sea capaz de aglutinar el sentimiento
del 80% que rechaza la gestión del actual gobierno revolucionario siglo XXI. El
llamado es a organizar ese proceso con reglas acordadas entre todos, hablando
con la verdad a los ciudadanos, para no generar falsas expectativas e
incrementar la desesperanza en los electores. El actual Consejo Nacional
Electoral (CNE) será el encargado de llevar el proceso para elegir al nuevo
presidente de la República en 2024, y es con ese CNE que deben realizarse las
primarias. Lo demás es querer seguir jugando al engaño, lo que beneficia lo
antipolítico con el aumento de la desconfianza de las personas hacia sus
dirigentes y partidos políticos.
La historia se encargará de juzgar a quienes valiéndose del
momento por el que atraviesa la nación, se dedican a fomentar la desunión con
el propósito de mantener beneficios miserables para su persona y entorno.
Mientras en otros países los partidos políticos someten a consideración y
legitimación por parte de los electores a sus candidatos presidenciales, a
través de la institución electoral nacional, para seleccionar uno, (Argentina,
Colombia) por solo nombrar algún ejemplo, y posteriormente ir al proceso
electoral general y medirlos con el resto de los candidatos de los factores
políticos de diferencia ideológica partidista, en suelo venezolano el
caudillismo-abstencionista-divisionista pretende hacerse del trofeo evadiendo
el debate programático, a expensas del sufrimiento de los demás. El país debe
estar por encima de la apetencia personal. Sin acuerdos, no hay cambio.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
www.jarturomolina.blogspot.com
jarturomolina@gmail.com
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